El tipo de la foto no es Carlos Marx, ni Walt Whitman. Es Carlos Darwin. Que según la fabulación nacional y chovinista, pasó por Chile. Por Valparaiso y Punta Arenas. Menos mal, por que sin ese toque de huaso ladino y nacional. Su Origen de las Especies quizá hubiese tenido otro sabor y color.
Ahí, uno de los temas es como las razas con mayor capacidad lograron llegar hasta esta época. Cómo el hombre logró superar a los demás animales. Y cómo la naturaleza se auto regulaba para que las especies fueran parejitas.
La cosa, es que la raza humana, se pegó teyible salto. O sea, de ser una cosa sin plumas ni pelos, sin mandibulas poderosas, sin un rugido ensordecedor, sin garras, con una gestación de nueve meses (que además hay que preparar al cachorro por lo menos dos años antes que se mueva solo)... llegamos a ser la especie dominate y depredadora de todo en el planeta. Ahí dejamos en jaque a la naturaleza. La cagamos, nos burlamos de ella. Nadie puede competir con nosotros. Nos manda un terremoto, hacemos construcciones que sean resistentes. Un tornado, reforzamos las habitaciones... nos tira un plaga, encontramos la cura, o por lo menos mejoramos la calidad de vida de los enfermos.
Pero, pero, pero, hay algo dentro de nosotros que nos hace click en esto de la sobre población. Un gen? un residuo mental? algo, que hace, que sigue haciendo que los mas pelotudos mueran. Y siga la seleccion natural de los menos pelotudos. Y es por eso que hay tanto tipo enganchado en las drogas y el alcohol. Son los débiles. Los que tienen que morir. Y por eso también, no me da pena la muerte de personas en accidentes donde hay perturbadores mentales de por medio. Me parece natural, me parece que asi tiene que ser. (Claro que si uno tiene la mala suerte de cruzarse con uno de esos dinosaurios mentales, ahi juega la teoría del meteorito. Te golpeó el meteorito y moriste sin culpa... te extinguieron).
Además es una buena y entretenida forma de mantener y cuidar el balance poblacional. Que mueran los jovenes alcholizados en autos deportivos. Siempre hay más haciendose.
